martes, 24 de mayo de 2011

El litio como inhibidor de los trastornos bipolares

El carbonato de litio disminuye la intensidad y la frecuencia de los episodios maníaco-depresivos. Estos episodios hacen que las personas pasen de la euforia a una profunda depresión en cuestión de minutos. Allí actúa este fármaco como inhibidor de los causantes de dicho suceso.

"En este sentido, se sabe que el litio es capaz de influir sobre una serie de procesos fisiológicos y muchos de estos efectos se han intentado relacionar con su acción terapéutica o tóxica. Existe la hipótesis de que el litio modifica los niveles absolutos de la Proteína G (PG), que tiene un importante papel en la modulación de señales receptoriales entre los neurotransmisores. (…) Por eso es que para tratar el trastorno bipolar, lo que se persigue es alcanzar y mantener una cierta concentración de litio en la sangre, lo cual se logra tomando litio durante largos períodos en la vida del paciente, en vez de tomarlo sólo ocasionalmente o durante breves períodos, como sucede con otros fármacos. Es por esto que los psiquiatras aconsejan a sus pacientes que no dejen de tomarlo, aunque se sientan mejor, hasta que ellos así lo indiquen.”

El tratamiento con litio marcó un hito en la psicosis maniaco-depresiva. Inicialmente se lo recetaba para tratar el insomnio, síndromes musculares provocados por tensión, migrañas, ansiedad, angustia, disminución de las facultades intelectuales, agitación, melancolía, fobias y obsesiones.

En este metal ligero podemos encontrar otro ejemplo más de un derivado de la minería como aliado de la salud siempre que, desde luego, se respeten las dosis tolerables por el cuerpo humano.
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