lunes, 25 de abril de 2011

Minería: una gran oportunidad para nuestros países

Juan Carlos Guajardo, Director Ejecutivo del Centro de Estudios del Cobre y la Minería de Chile, dialogó en el programa “7 días a full” conducido por Rodolfo Cavagnaro. El ingeniero explicó cómo progresa la industria minería en su país y cuál es la forma para desarrollar ésta actividad en nuestra provincia de manera sustentable, respetando la comunidad, el medioambiente y la agricultura.


¿Qué significado ha tenido para Chile el alza del cobre? Y ¿en que se fundamenta ésta suba del cobre en los últimos diez años?

El alza del cobre desde fines del 2003, cuando se produce un quiebre muy significativo con respecto a los precios que se habían registrado en las décadas del ´80, ´90 y 2000, sorprendió a Chile con una base productiva que se había multiplicado varias veces. Por lo tanto, el aumento de precios impactó en un volumen extremadamente alto y las cifras que está significando en términos de aportes para la economía del país son absolutamente extraordinarias. Estamos hablando de que el 60% de las exportaciones del país son mineras, de una contribución al Producto Interno Bruto de más del 20%, un ingreso fiscal  superior a 20%  por año. Es decir, son magnitudes absolutamente extraordinarias que están representando un aporte muy grande a la economía nacional y también desafío, porque el impacto –por ejemplo en tipo de cambio- está dándose con fuerza. Pero es mejor tener este tipo de problemas, que otras carencias.

Durante la presidencia de Bachelet se tomó la decisión de no volcar la totalidad del precio del cobre al sistema económico precisamente para no deprimir el tipo del cambio y generar una especie de fondo anticíclico. ¿Qué opina de eso?

Ese es un modelo que se viene desarrollando desde el gobierno de Ricardo Lagos a través de la Ley de Balance Estructural, y efectivamente creo que es un aporte macroeconómico muy valioso. Las fluctuaciones que tienen los precios internacionales de materias primas son altísimas y cuando hay una dependencia de estos productos, las variaciones tienen impactos macroeconómicos en el país, por ello tener una capacidad para anticipar eso es fundamental.

Este mecanismo establece a través de un consenso técnico con grupos de expertos algunos parámetros que se denominan de largo plazo. Es decir, si hay mucha dependencia del precio del cobre lo que tendría que determinar dichos especialistas es el valor de largo plazo de este parámetro. Este último se fija por un período de diez años, en donde cualquier fluctuación al alza es ahorrada y cualquier fluctuación a la baja activa un mecanismo de uso de estos ahorros. De cierta forma, ello establece un horizonte permanente para preparar el presupuesto del país y las variaciones crediticias que se producen son ahorradas o gastadas; de esa manera se permite mantener una estabilidad.

Se está dando una paradoja a nivel mundial: a medida que los precios de las materias primas crecen, los precios de los productos tecnológicos bajan. Esto cambia la vieja historia de los términos de intercambio, en donde los países productores de materias primas de veían siempre en desventaja. ¿Cuánto tiempo se calcula que se puede sostener este proceso donde las materias primas terminan siendo más caras que los productos terminados?

Estamos en presencia de un fenómeno de cambio estructural en la economía mundial, iniciándose con el desarrollo de Japón en los años ´60 pero, definitivamente, se aceleró con el desarrollo de los Tigres Asiáticos y se termina de masificar con lo que es China actualmente. Se trata de un proceso tremendamente veloz de desarrollo industrial, a partir de mano de obra barata con incorporación de desarrollo tecnológico acelerado.

Desde el 2003 se observa que, a causa de la tremenda magnitud de China e India y los miles de millones de personas que están involucradas en el crecimiento de la economía de estos países, lo que comenzó como un proceso de transformación industrial trae aparejado un desarrollo urbano creando ciudades y que cientos de millones de personas elevan sus calidades de vida demandando autos, celulares, televisión por cable, etc. Entonces, hay un salto cuantitativo de dimensiones colosales de la cantidad de hombres y mujeres que se incorporan al consumo mundial.

Con ese escenario se percibe que las materias primas se revalorizan de una manera extraordinaria y comienzan a ser más valiosas, incluso, que algunos productos tecnológicos. Además la producción en serie de mucho de los productos tecnológico sumado a la mano de obra barata, producen que ellos tengan tendencia a la baja. Asimismo, las necesidades para cubrir esta gran demanda de artículos electrónicos genera que los alimentos, los minerales y las maderas sean más valiosas.

Siguiendo lo postulado por el economista Raúl Previsch se puede reflexionar que el subdesarrollo de América Latina se debe a la brecha tecnológica, y frente a esto el más grande error que tuvieron nuestros países es intentar competir con otros que tenían un dominio tecnológico muchísimo mayor, o incluso tratar de seguir el ritmo de los países asiáticos que tienen un costo de la mano de obra con el cual tampoco podemos competir. Entonces, lo importante en este momento es encontrar la senda que realmente permita que nuestras naciones sean verdaderamente competitivas, pensar bajo este escenario cual es el camino que debiéramos recorrer.

En Latinoamérica tenemos todavía muchos deberes puesto, entre ellos que seguimos sin darle importancia a los intangibles que suelen ser los que mayor valor agregan en la cadena en los últimos años. Estos tienen que ver con el diseño, el desarrollo tecnológico, software; es decir todo aquello que es producto de la inteligencia y que da la posibilidad de agregar valor. Por lo tanto, es importante buscar las ventajas por esas vías.  ¿Cuál es su opinión frente a esto?

Creo que más bien se debe desarrollar toda la industria donde tenemos ventajas competitivas. Cuando hablamos de minería no sólo pienso en la extracción y exportación ya que esto no es un desarrollo minero completo, sino que en la inteligencia que debe trazar la minería. Lo mismo sucede con la industria de la soja.

Continuando con lo postulado por Previsch y aquello que sucede en la economía mundial, se puede pensar que hay una gran oportunidad para que nuestros países, a partir de sus recursos naturales, sean capaces de desarrollar la tecnología de vanguardia que permita que seamos libres en estas industrias. Ese es el desafío que debemos tomar. Ello a mucha gente le cuesta comprender, porque creen que la industria minera y la agrícola son industrias muy primitivas pero no es así puesto que hay grandes probabilidades de desarrollar la industria con inteligencia, hay posibilidades de competir con quienes nos venden los equipos para explotar estas industrias ya que hoy estos se compran de los países más desarrollados.

En Argentina y sobretodo en Mendoza existen una serie de prejuicios con respecto a la minería y se la toma como sinónimo de contaminación. ¿Es posible desarrollar una minería a cielo abierto y de grande proporciones sin poner en riesgo la comunidad, que sea capaz de convivir con producciones agrícolas de alta calidad y que no contamine el agua?

La minería no es buena ni mala en si misma, ya que existe minería bien hecha y minería mal hecha. Por lo tanto, si existen condiciones para que una empresa minera haga inversiones con seriedad, con niveles de modernidad adecuado no debiera a haber ninguna incompatibilidad.

Cercanas a una ciudad de 6 millones de habitantes como lo es Santiago de Chile se encuentra dos de las minas grandes del mundo. La mina andina ‘Los Bronces’ de Codelco y  Agloamerican está ubicada a 43 Km. de Santiago y ‘El Teniente’ de Codelco se encuentra a 77 Km. Ambas están cerca de lugares poblados y de las cabeceras de valles donde nacen afluentes de ríos, que se usan para riego de zonas en donde se producen vinos y frutas de exportación. Por lo tanto, mi experiencia es que si hay una minería bien hecha y si existe calidad institucional adecuada para poder manejar está industria, no debiera haber ninguna incompatibilidad y finalmente se logra una convivencia natural de la ciudadanía con la mina.

¿Cuál sería el rol del Estado para controlar y darles garantía a los ciudadanos, que en el caso nuestro, están muy desconfiados?

En primer lugar, Mendoza tiene una importante oportunidad porque puede iniciar el desarrollo minero de un nivel mucho más alto de lo que, por ejemplo, sucedió en Chile en los años ’80 y ’90 cuando comenzó su segundo gran boom minero. Con respecto a esto, resulta muy importante que lo estándares ambientales que se apliquen sean modernos y que generen un conocimiento experto de lo que significa el impacto ambiental de la minería. Además, sería optimo que este último sea reesforzado con información pública transparente en termino de las características de estos proyectos.  Esto se puede hacer por ejemplo a través de un portal de administración de información de proyectos mineros, que en Chile se realiza desde hace varios años y ha dado muy buenos resultados. Asimismo, Mendoza tiene a su disposición toda la experiencia chilena sobre minería

En segundo lugar, con el tema del aporte provincial que hacen los proyectos también sería bueno que hubiera un marco de estabilidad y transparencia sobre los mismos. En el caso chileno existen algunos organismos técnicos que asesoran al Banco Central de Chile y al servicio de impuestos internos.

Por lo tanto, con la parte fiscal y  medioambiental controladas se podría comenzar con un nivel de actividad razonable y adecuado en Mendoza.

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